Imagino las conversaciones que fluirían en esa mesa, a sus interlocutores, las partes del día, las cosas encima de la mesa: libros, lápices, cuadernos de todo, tazas, copas, platos, flores, tapetes, migas.
Carmiña leyendo a Elena Fortún:
"A veces lo que sueño creo que es verdad, y lo que me pasa me parece que lo he soñado antes (...) Además, lo que ha pasado no está escrito en ninguna parte y al fin se olvida. En cambio, lo que está escrito es como si hubiera pasado siempre."
Ana María Martín Gaite tiene un objetivo: convertir su casa familiar de El Boalo en un centro de estudios de los autores de los 50. ¡Ánimo con ello Anita!
http://cultura.elpais.com/cultura/2013/04/24/actualidad/1366820755_070947.html