domingo, 1 de diciembre de 2013

Dubitativa

A veces me creo que puedo y me invade un torrente de alegría y ánimo. Otras es todo lo contrario y noto el descenso de mis niveles de euforia. Nada es nunca suficiente para que pueda atravesar el quicio de la puerta. Dentro se está tan bien, todo es tan familiar y acogedor que por un momento pienso que ya está, que no necesito nada más. Sin embargo, siempre llega inesperada la sensación de ilusión y motivación ante lo desconocido. ¿Acaso es imposible que lo de fuera sea mejor que lo que ya tengo dentro?

No hay comentarios:

Publicar un comentario