Ella se pondrá contenta y dejará de mirar la fotografía por un momento.
Cuantas más coja, más bonito será el ramo y quizás se esboce una sonrisa en su
cara de sal. Sí, lo tengo claro, hoy será un buen día, sólo hay que mirar las
pequeñas campanillas para darse cuenta de que todo lo malo aparece y se va como
el polvo de las alas de mariposa.
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